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Este blog está diseñado para todas aquellas personas que se sienten atraidas por la Música: para niños y adultos; principiantes y expertos; aficionados y profesionales;... Por ello, utilizaremos un lenguaje asequible, pero sin eludir la terminología propia de nuestra disciplina que, en todo momento, quedará suficientemente explicada. La participación es completamente libre; pudiendo publicar comentarios a las entradas cualquier persona, así como inscribirse para participar como colaboradores para la publicación de entradas. Contacta conmigo en elarteaudible@gmail.com

La combinación de las voces. Agrupaciones vocales

Ya hemos dicho que la voz humana es el más primitivo de los instrumentos musicales; pero, al igual que sucede con la flauta o la trompeta, la voz es un instrumento monofónico. Estos instrumentos sólo pueden emitir un sonido cada vez, es decir: no pueden hacer que suenen varias notas simultáneamente, como sí ocurre con el piano o la guitarra que son instrumentos polifónicos; sino que producen una nota detrás de otra, pero no juntas. Por ese motivo, cuando el compositor o el arreglista quieren que suenen dos notas simultáneamente o producir acordes (tres o más notas diferentes al mismo tiempo) necesitan la intervención de tantos instrumentos monofónicos como notas diferentes quieren que suenen. Por eso, en esta entrada, nos ocuparemos de la combinación de las voces y de las agrupaciones vocales.


Orfeón Donostiarra

FICHA DE LAS OBRAS
TÍTULO
A) Duo des fleurs (Dúo de las flores) de la ópera Lakmé.

B) Ojalá que llueva café.

C) Bella figlia dell’amore (Hermosa hija del amor) de la ópera Rigoletto.

D) What a wonderful world (Qué mundo tan maravilloso).

E) Hotel California.

F) Lacrimosa de la Misa de requim en Re menor.

G) Coro Inicial de La Pasión según San Mateo.
AUTORES
A) Léo Delibes (1863-1891).
Libreto en francés de Edmond Gondinet y Philippe Gille.

B) Juan Luis Guerra (1957).

C) Giuseppe Verdi (1813-1901).
Libreto en italiano de Francesco Maria Piave.

D) Bob Thiele (1922-1996) y
George David Weiss (1921-2010).

E) Música, Don Felder (1947).
Letra, Don Henley (1947)
y Glenn Frey (1948-2016).

F) Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791).

G) Johan Sebastian Bach (1685-1750).

INTÉRPRETES
A) Anna Netrebko (soprano lírica)
y Elina Garanca (mezzo-soprano).

B) Trío Ellas.

C) Luciano Pavarotti (tenor lírico),
Cheryl Studer (soprano lírico-dramática),
Leo Nucci (barítono)
Brigitta Svendén (mezzo-soprano).

D) Carmel a cappella (quinteto femenino).

E) Vocal Sampling (sexteto masculino).

F) Coro y Orquesta Filarmónica de Berlín.
Dirección, Herbert Von Karajan.

G) Coros y Orquesta Bach de Munich.
Dirección, Karl Richter.
RECOMENDACIONES PARA LA AUDICIÓN
Os propongo un ejercicio mental: después de haber escuchado varias veces los ejemplos, intentad centraros en escuchar cada una de las voces por separado, eliminando mentalmente las demás (sé que es difícil, pero merece el esfuerzo intentarlo).

La primera combinación de voces, la más sencilla, es la llamada dúo y está formado por dos voces que pueden corresponder a la misma tesitura o a tesituras diferentes; lo que significa que ambas pueden ser masculinas o femeninas, pero también puede ser femenina una y masculina la otra (duo mixto). Lógicamente, cuando se recurre a combinar dos voces no es para que las dos canten lo mismo; sino que se alternan, se intercalan o se superponen cantando, cada una, notas diferentes.

Como siempre hacemos, para comprobarlo de una manera práctica, os propongo escuchar el Duo des fleurs (Dúo de las flores): una pieza muy conocida, porque se ha utilizado mucho en el cine y la publicidad, perteneciente a la ópera Lakmé, del compositor romántico francés Léo Delibes y libreto en francés de Edmond Gondinet y Philippe Gille, ambientada en la India, colonizada por Gran Bretaña, de finales del siglo XIX.

El dúo lo forman la soprano lírica ruso-austríaca, Anna Netrebko y la mezzo-soprano letona, Elina Garanca, que interpretan a la protagonista, Lakmé, y a su criada, Mallika, cuando van a recoger flores cerca de un río.



Dependiendo del estilo de la obra, no es necesario que las voces sean impostadas. Ya hemos dicho que la técnica de la impostación es lo que diferencia a un cantante de otro que no lo es, pero ello no significa que este último cante peor; simplemente se trata de cosas distintas y, desde un punto de vista técnico, sólo deberíamos llamar cantante a aquel o aquella que imposta la voz.

En nuestro siguiente vídeo vamos a añadir una voz más. Ahora tendremos un trío y ya podemos escuchar acordes, pues dos notas solas no forman un acorde. Y para que veáis que no siempre recurro a las piezas de ópera con sus voces impostadas, aquí os traigo al Trío Ellas: un trío de cantoras o vocalistas femeninas interpretando una canción muy conocida: Ojalá que llueva café, del cantautor dominicano, Juan Luis Guerra, en un arreglo para mariachi francamente bonito. Además de cantar muy bien, estas tres puertorriqueñas se acompañan con violín, guitarra y guitarrón. ¡Atentos al pizzicato (pellizcando las cuerdas) del violín!



No hace falta decir que, si se añade otra voz, tendremos un cuarteto. Y uno de los más célebres es el Cuarteto Bella figlia dell’amore (Hermosa hija del amor), de la ópera Rigoletto, con música de Giuseppe Verdi y libreto en italiano de Francesco Maria Piave, y de la que ya hemos escuchado otro fragmento en este blog.

Rigoletto es el bufón jorobado de la corte del Duque de Mantua. En esta escena, Maddalena coquetea con el Duque que intenta seducirla. Rigoletto insiste a Gilda sobre la maldad del Duque, mientras Gilda se lamenta. Cuatro voces en paralelo que van expresando sus sentimientos. Los intérpretes son: el tenor lírico italiano, Luciano Pavarotti, interpretando al Duque de Mantua, la soprano lírico-dramática estadounidense, Cheryl Studer, en el papel de Gilda, el barítono italiano, Leo Nucci, es Rigoletto, el protagonista y la mezzo-soprano sueca, Brigitta Svendén, pone voz a Maddalena. Aparte de tratarse de uno de los cuartetos más bellos de Verdi, es interesante fijarse en la combinación de las voces y en cómo se van entrelazando los papeles; con aparente independencia unos de otros pero, a la vez, construyendo entre los cuatro una perfecta armonía.



Añadiendo otra voz más obtenemos un quinteto. Para ilustrarlo, os propongo la audición de otro tema muy conocido: se trata del famoso What a wonderful world, compuesto por Bob Thiele y George David Weiss y que popularizó el trompetista de Nueva Orleans, Louis Armstrong.

Aquí os traigo una versión a cappella del quinteto femenino israelí Carmel a cappella. La expresión a cappella significa “como en la capilla” y se refiere a un modo de cantar sin acompañamiento de instrumentos musicales; por lo que las voces se ocupan de generar la melodía, la armonía y el ritmo.



Otra voz más y tendremos un sexteto.

A continuación os quiero presentar a Vocal Sampling; un sexteto masculino cubano que, también a cappella, nos traen una versión de otro tema muy famoso: ¡Quien no ha bailado Hotel California, del grupo Eagles! En esta versión, escucharemos hasta el solo de guitarra “calcado” del tema de los Eagles, pero no con guitarra eléctrica, sino con la voz (fijaos en el vocalista que va vestido de rojo). No lo vais a creer, pero no interviene ningún instrumento musical.



Hasta aquí, muy a groso modo, hemos visto las distintas combinaciones vocales que pueden darse y también hemos comprobado que pueden ser de voces iguales, cuando son del mismo tipo, o mixtas, si las forman tipos de voces diferentes. A partir del octeto, que es un cuarteto mixto duplicado o doble, empezaremos a hablar de agrupaciones vocales.

La agrupación vocal se denomina genéricamente “coro”; pero hay que distinguir, al menos, tres tipos:

Coro de cámara. Está formado por un máximo de veinte miembros.

Coral. Se compone de entre veinte y ochenta voces.

Orfeón, el más grande. A partir de ochenta voces.

También habréis oído hablar de la escolanía, que es un coro de niños (voces blancas).

Estas agrupaciones vocales o coros se organizan por cuerdas o tesituras (sopranos, mezzo-sopranos, contraltos, tenores, etc.) de manera que, dependiendo del reparto que haga el compositor, tendremos el equivalente a un cuarteto, un quinteto o un sexteto, eso sí, reforzados.

Para disfrutar del sonido del coro no es necesario traer un ejemplo de cada tipo. Basta con escuchar un par de piezas corales que sean significativas para apreciar los matices y la fuerza de las voces cuando actúan bien conjuntadas en obras pensadas, precisamente, para que el coro sea el protagonista.


En primer lugar os propongo la audición de Lacrimosa: quizás una de las músicas más tristes y majestuosas a la vez que jamás se haya escrito. Pertenece a la Misa de Requiem, en Re menor, de Wolfgang Amadeus Mozart, en una versión espectacular: nada menos que Herbert Von Karajan dirigiendo a la Orquesta Filarmónica de Berlín y su coro. Es importante fijarse en la división que hace Mozart de las voces y cómo interactúa la orquesta con los contrapuntos (melodías diferentes superpuestas a la principal) mientras canta el coro.



Finalmente, os traigo a un compositor que, hasta ahora, no había aparecido en nuestro blog, pero que es tan importante en la Música de todos los tiempos, que no hay instrumentista que no haya tenido que estudiar su impresionante obra a lo largo de su carrera. Y es que Johan Sebastian Bach fue un verdadero monstruo. Compositor, director, violinista, clavecinista (el piano aún no se había inventado en su época), aportó tanto a la Música que, sin él, este bellísimo arte no sería lo que es. Los músicos de todo el mundo le debemos mucho. Su legado ha proporcionado técnica instrumentística, armónica y compositiva a todos los que le hemos sucedido.

Bach escribió infinidad de corales y, para los textos, como era muy devoto, se basaba en las Sagradas Escrituras (con La Biblia en la mano no necesitaba libretistas). Cuando escribió La Pasión según San Mateo, quería conseguir tal grandiosidad que utilizó ¡dos coros! Cada uno de los coros lleva una línea melódica diferente, armonizada con sus respectivas cuerdas o tesituras. Los dos coros intervienen en un diálogo acompañados por la orquesta, que ejecuta sus solos y contrapuntos. Es decir: tenemos un primer coro que lleva una parte de la melodía armonizada a seis voces, correspondientes a sus respectivas tesituras (sopranos, mezzo-sopranos, contraltos, tenores, barítonos y bajos), y a un segundo coro que canta otra melodía diferente, entrelazada con la anterior, también armonizada a seis voces como corresponde a las tesituras que lo componen. Mientras tanto, la orquesta, no se limita a acompañar las dos líneas melódicas de los dos coros, sino que interactúa con pasajes en los que es la protagonista mediante la ejecución de melodías puente. Además, en el resto de la obra intervienen voces solistas que representan los papeles del evangelista, Jesucristo, Judas, etc. Sencillamente, estamos ante una obra maestra de ingeniería melódico-armónica, en la que todas las notas suenan en un edificio acústico compacto y perfecto. 

La versión que os traigo, como nos hemos acostumbrado al vídeo, es la de los Coros y Orquesta Bach de Munich, que es bastante buena, aunque yo prefiero la que tengo en CD (la obra completa ocupa tres CD’s), que es de la Petite Bande, bajo la dirección de Gustav Leonhardt; en la que utilizan instrumentos de la época barroca, ya que los instrumentos actuales han evolucionado con respecto a aquellos; pero esta versión no la he encontrado en Youtube. ¡Disfrutad de la buena Música!

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