No deben confundirse las diferentes versiones que pueden realizar diferentes artistas de una misma obra original, con las variaciones sobre un tema que podría escribir un compositor.
Las versiones, como vimos en la entrada anterior, son las distintas maneras que tiene cada intérprete de ejecutar una obra al imprimir sobre ella su personalidad, su carácter, su estilo propio. Si aceptamos la definición de "interpretar" como el proceso que consiste en comprender un determinado hecho y su posterior declamación, el resultado inevitable de cada interpretación, no puede ser otro que la concepción y expresión de la realidad de un modo personal.
Las versiones, como vimos en la entrada anterior, son las distintas maneras que tiene cada intérprete de ejecutar una obra al imprimir sobre ella su personalidad, su carácter, su estilo propio. Si aceptamos la definición de "interpretar" como el proceso que consiste en comprender un determinado hecho y su posterior declamación, el resultado inevitable de cada interpretación, no puede ser otro que la concepción y expresión de la realidad de un modo personal.
Las variaciones, en cambio, son una técnica de composición consistente en que el autor toma como base un tema, generalmente muy sencillo o muy popular, que puede ser propio o perteneciente a otro compositor, e incluso al folklore (acervo popular). Primero lo presenta tal como es para que el auditorio lo reconozca y, a continuación, trabaja sobre él presentándolo de distintas formas; modificándolo; cambiando el tempo, las armonías, la instrumentación; armonizándolo en modo mayor si el original lo está en modo menor o viceversa; invirtiendo las voces, cambiando los acentos, ralentizándolo o acelerándolo, en definitiva, realiza su labor de composición sobre una idea que ya había sido elaborada de otro modo con anterioridad, como jugando con ella. Es algo parecido a la improvisación, con la diferencia de que, en ésta, el músico "inventa" una melodía sobre la marcha; digamos que "en tiempo real", sacando el máximo rendimiento posible a su destreza con el instrumento (o con su voz) y a su inspiración mientras está tocando y, claro, el resultado es efímero, a no ser que quede grabada la ejecución. La improvisación es característica del jazz, el blues o el rock. Pero en las variaciones, el compositor tiene que ocuparse, en su partitura, del papel que debe ejecutar cada instrumento (en el caso, claro está, de que sean varios los instrumentos que intervienen) y cada una de las variaciones lleva una línea, un estilismo o un planteamiento particular y, por tanto, tienen que ser escritas.
Como no estoy muy seguro de haberme sabido explicar con la suficiente claridad, y este blog es esencialmente AUDIBLE, vamos a verlo en la práctica y, para ello, he seleccionado dos ejemplos:
El primero de ellos nace a finales del siglo XVII: nada menos que en 1695, en plena época barroca, y culmina doscientos cincuenta años después, en 1945.
El compositor inglés Henry Purcell (1659-1695) fue un músico brillante y prolífico, a pesar de su corta vida (murió a los 36 años). A los ocho años de edad entró a formar parte del coro de la Capilla Real y a los diez fue nombrado compositor de los violines del rey. A la edad de veinte años ya era organista de la abadía de Westminster. Se encargó de la restauración de los instrumentos de la corte y de la composición de numerosas obras de carácter religioso que era, fundamentalmente, de lo que vivían los músicos en la época barroca.
Henry Purcell está considerado el mejor compositor inglés de todos los tiempos. Incorporó elementos estilísticos franceses e italianos a sus composiciones, generando un estilo propio inglés de música barroca. Escribió también obras escénicas; entre ellas, la ópera Dido y Eneas que ha sido una obra clave en los inicios de la música dramática.
En el último año de su vida compuso una suite titulada Abdelazer o La venganza del moro para la tragedia homónima de la autora Aphra Behn.
Henry Purcell está considerado el mejor compositor inglés de todos los tiempos. Incorporó elementos estilísticos franceses e italianos a sus composiciones, generando un estilo propio inglés de música barroca. Escribió también obras escénicas; entre ellas, la ópera Dido y Eneas que ha sido una obra clave en los inicios de la música dramática.
En el último año de su vida compuso una suite titulada Abdelazer o La venganza del moro para la tragedia homónima de la autora Aphra Behn.
En 1945, el compositor Edward Benjamin Britten (1913-1976), también inglés, tomó precisamente una danza de Abdelazer o La venganza del moro, de su compatriota Purcell; concretamente el Rondó, que es el segundo movimiento, para componer trece variaciones y una fuga (forma musical en que una melodía se va repitiendo varias veces, cada una de las cuales con un calculado "retraso" respecto de la anterior).
Britten también fue un niño prodigio. Su madre, cantante y pianista aficionada, fue quien le proporcionó el estímulo necesario para que empezara a componer a la edad de cinco años, a pesar de carecer de formación. Cuando tenía once años, Britten fue descubierto por Frank Bridge; un compositor estudioso de los estilos de experimentación de Bela Bartók y Arnold Schoenberg. Bridge dio a Britten una buena base técnica para encauzar su creatividad. En 1930, entró en el Royal College of Music, donde estudió piano y composición. A lo largo de su vida, que tampoco fue demasiado larga, compuso más de cien obras.
La música que escucharemos a continuación es la famosa Guía de orquesta para jóvenes, que fue compuesta para una película educativa titulada Los instrumentos de la orquesta, producida por el gobierno británico. De esta partitura se han realizado versiones con narrador y sin él. El nombre completo de esta obra musical es Variaciones y fuga sobre un tema de Purcell, Op. 34 y cumple a la perfección su objetivo didáctico: mostrar por separado los diferentes instrumentos de la orquesta sinfónica. Pero, además, Britten va siguiendo un orden por familias de instrumentos: tras presentar el tema de Purcell con toda la orquesta en la Introducción, la primera variación la ejecuta la flauta y el flautín; la segunda el oboe; la tercera el clarinete y la cuarta el fagot. Completada la familia del viento-madera, continúa con las cuerdas: violín, viola, violonchelo, contrabajo y arpa. A continuación, interviene el viento-metal: trompa, trompeta, trombón y tuba. Seguidamente la percusión tiene su protagonismo: timbales, bombo, platillos, caja, clave,... actúan como solistas, en lugar de limitarse a marcar el ritmo. Para terminar, en la fuga, van entrando los instrumentos, uno a uno, en el mismo orden: flautines, flautas,... hasta que suena toda la orquesta retomando el tema de Purcell. Así pues, podemos aprovechar para recordar cómo es y cómo suena cada uno de dichos instrumentos de la orquesta al tiempo que disfrutamos de las variaciones.
La obra tiene estructura de suite, con una introducción, 13 variaciones y una fuga final.
La obra tiene estructura de suite, con una introducción, 13 variaciones y una fuga final.
FICHA DE LA OBRA | |
TÍTULO | A) Suite Abdelazer o La venganza del moro. II, Rondó. B) Guía de orquesta para jóvenes. Variaciones y fuga sobre un tema de Purcell, Op. 34. |
AUTORES | A) Henry Purcell (Westminster, 1659 - Londres, 1695). B) Edward Benjamin Britten (Lowestoft, 1913 - Aldeburg, 1976). |
INTERPRETACIÓN | A) The Academy of Ancient Music. B) Orquesta Sinfónica de Colonia. Jukka Pekka Saraste (Director). |
RECOMENDACIONES PARA LA AUDICIÓN | La obra de Purcell consta de dos temas: el primero, que es el que tomó Britten para sus variaciones, un segundo tema y de nuevo se repite el primero para terminar. Es muy sencillo. Obsérvese que la Orquesta de la Ilustración, es sólo de cuerdas. La Orquesta Sinfónica de Colonia, en cambio, es una orquesta completa; es decir, tiene, además de la sección de cuerda, las de viento-madera, viento-metal y percusión. Prestad mucha atención a la forma en que Britten va modificando, "variando", el tema inicial. |
Primero escucharemos el tema barroco original, tal como lo compuso Henry Purcell en 1695.
La versión es la de la Academy of Ancient Music, que se podría traducir como la "Academia de Música Antigua".
Y ahora, en la versión de Jukka Pekka Saraste, dirigiendo la Orquesta Sinfónica de Colonia, escucharemos las Variaciones y fuga sobre un tema de Purcell, Op. 34, de Edward Benjamin Britten, estructuradas de la siguiente forma:
1. Tema (Introducción). Allegro maestoso e largamente.
2. Variación A. Presto (Flauta y flautín).
3. Variación B. Lento (Oboe).
4. Variación C. Moderato (Clarinete).
5. Variación D. Allegro alla marcia (Fagote).
6. Variación E. Brillante – Alla Polaca (Violín).
7. Variación F. Meno Mosso (Viola).
8. Variación G. (Violonchelo).
9. Variación H. Cominciando lento ma poco a poco accelerando (Contrabajo).
10. Variación I. Maestoso (Arpa).
11. Variación J. Vivace (Trompas).
12. Variación K. Vivace (Las trompetas).
13. Variación L: Allegro pomposo (Trombón y tuba).
14. Variación M. Moderato (Percusión).
15. Fuga. Allegro Molto – Toda la orquesta.
En las versiones con narrador, éste interrumpe la ejecución, antes de cada variación, para presentar el instrumento que intervendrá en la variación siguiente; con lo que, para mi gusto, se pierde el hilo. Por ello, he seleccionado una versión sin narrador, ya que se puede ir viendo perfectamente en el video que, por cierto, está muy bien realizado.
En la próxima entrada nos ocuparemos del segundo ejemplo. Os espero.
Encantado no solo de lo visto en los dos videos sino sobre todo de lo oido y escuchado sobre todo del segundo video.
ResponderEliminarSaludos de Javi a Enrique.
Inventar sobre la marcha supongo que es algo generalizado, no solo de los músicos ya que la imaginación o el oído son los que al final deciden como resulta más agradable y nos satisfaga. Esta entrada es muy interesante y además a mí me encanta la música clásica, para mí son increibles estos compositores que ya desde niños son unos prodigios todos. Me encanto la película de Mozart.
ResponderEliminarLa musica preciosa.
Besitos.